martes, 20 de septiembre de 2011

La edad y el vino

Los vinos se clasifican por edades, como las personas. A las categorías de joven, maduro, viejo o anciano, corresponderían las de vino Joven, Crianza, Reserva y Gran Reserva.  Aún podría llevarse más allá la analogía para considerar al mosto como la infancia del vino. Esto son generalidades que sirven a modo indicativo, hay reservas inmaduros como hay viejos verdes, hay jóvenes que saben más que muchos abuelos, como hay vinos jóvenes que saben mejor que algunos Gran Reserva. El saber y el sabor se conjugan igual. Como las personas los vinos nos gustan, más que por su edad, por su procedencia, su manera de ser, su cultura, es decir su cultivo, su “cuerpo”, su color, su aroma…
Dejando de lado la comparación, que sólo es odiosa en este caso porque las personas no vamos siempre a más con los años, como los vinos, estas clasificaciones nos sirven para orientarnos pero no suponen una garantía de calidad. Además no son uniformes de unas regiones vinícolas a otras. Tampoco, claro, es lo mismo en los casos de blancos y rosados o en el de tintos, que requieren más tiempo en todas las categorías. Y está la cuestión de la madera de las barricas, de roble americano o roble francés, donde el vino envejece y del tueste de esas barricas y de los aromas que se le añadan o de su cabida en litros. 
El siguiente cuadro nos presenta la clasificación legal en nuestro país, obligada por tanto para todos los productores. 

Fuente: Enredado
  
En el Gallinero  las tenemos en cuenta pero no nos guiamos por ellas. Por supuesto catamos todos los vinos que ofrecemos y os los presentamos como os presentaríamos a un amigo con el que sabemos que tenéis mucho en común. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario