domingo, 13 de noviembre de 2011

Michel Bras y el coulant de chocolate

La mayoría de los grandes platos, esas recetas que podemos llamar universales, provienen de la tradición sin que conozcamos a sus creadores. Las creaciones gastronómicas contemporáneas, en cambio, tienen derecho de autor, al menos moral, de reconocimiento a la invención, ya que no económico. Si todos los que hacemos coulant de chocolate, en casa o en la restauración, le pagáramos honorarios a Michel Bras éste sería de seguro uno de los hombres más ricos del mundo. 
Michel Bras es el más silencioso de los cocineros de fama mundial. Antítesis del cocinero estrella, no se prodiga en apariciones públicas y ha creado junto a su familia un maravilloso hotel restaurante en la cima de una colina en la regiòn de l'Aubrac, al sur de Francia. Desde allí, unido al terruño, inventa nuevos platos que sirven para rescatar viejos sabores, los de un mundo más natural, más fresco, más vivo. Bras patentó el coulant en 1980, y su sencillez exquisita lo ha convertido en un postre común en todo el mundo. En este volcán con lava de chocolate se expresa toda una filosofía que combina lo caliente y lo frío, la sencillez y la sofisticación, un sabor de siempre que es de ahora, en busca de un equilibrio entre tensiones opuestas, de una sabiduría del gusto que es complemento indispensable del buen vivir. 
Por eso en el Gallinero preparamos y servimos el coulant de chocolate como la repetición inacabable de una obra maestra de la cocina. 

Vista de la sala principal del restaurante de Michel Bras

2 comentarios:

  1. Hermoso blog, sigan así!
    Saludos de un colega gastrónomo desde México!

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  2. Gracias, Eliezer. También a nosotros nos gusta tu Ratatouille. Gastrónomo y poeta, que gran mezcla. Un brindis desde España.

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